Coparon el Bosque. Sufrieron, gozaron, festejaron.
Se lo merecían. Tanto como los jugadores. Como el Cuerpo Técnico y como los dirigentes. Los hinchas de Gimnasia también lo hicieron. También jugaron. También cabecearon con Niell. Y por supuesto también fueron los que alentaron como siempre. Los que apoyaron sin condiciones. Haciendo siempre caso a lo que dice este corazón tripero que resiste cualquier cosa. Por todo esto, fueron parte directa de esta hazaña que consiguió Gimnasia para seguir siendo de Primera.Contra todos los pronósticos, los triperos coparon el Bosque. Nadie tiró la toalla. Ni por casualidad. Por eso la venta previa de entradas sorprendió a propios y extraños. Había que ser bien locales. Y el Lobo lo fue. Los hinchas fueron a 60 y 118 (nuestra casa), con mucha fe. Sabiendo que la parada era brava, pero no imposible. Había que alentar. Hacer sentir incómodos a los visitantes. Y todo salió como se había programado.El final fue de antología. Abrazos, gritos, llantos, y abrazos interminables. Un festejo soñado. Como hacía mucho tiempo no se veía en nuestra ciudad. Y para seguirla, todos a 7 y 50. Fue un mar azul y blanco. Miles y miles de triperos coparon el centro platense. Y duró mucho tiempo el festejo, casi hasta de madrugada.Pero esto no se termina acá. Los triperos tendrán esta jornada grabada en sus retinas durante toda la vida. Fue un día histórico y ellos fueron partícipes. A los hinchas. A nuestros hinchas. A los de Gimnasia. Los que realmente saben defender los colores que aman. Se lo merecían. ¡Festejen triperos, el Lobo es de Primera!
