
No pudo Gimnasia. Una vez más, la dualidad en su juego volvió a jugarle una mala pasada. El equipo de Madelón entró al campo de juego convencido de lo que tenía que hacer. Mucha presión en el mediocampo, salida por los costados y velocidad para lastimar. Pero volvió a fallar a la hora de la definición.
El resultado es injusto por donde se lo mire. El 0-1 ante este Banfield sensación, es mentiroso. El Taladro no hizo mucho más que el Lobo. Ni siquiera tuvo más situaciones en el área. Pero esto es fútbol. Y el que mete la pelotita en el arco de enfrente gana. Y así fue como el equipo de Falcioni se llevó tres puntos por los que no hizo grandes méritos en cuanto al juego.
Pero el Apertura continúa. Y no hay tiempo para lamentarse. Tal vez sí, para corregir errores. Y por eso, este Gimnasia, que está golpeado pero vivo, ya debe tener la mente puesta en el partido de este sábado ante San Lorenzo, en el que deberá seguir apostando a la senda del buen juego y del dominio del campo de juego, pero sumarle efectividad en el arco de enfrente para volver a la victoria.